Porque una silla no es el límite.
Jairo Alberto Montoya Ordaz originario de Tula de Allende, Hidalgo, el cual para la edad de 6 años ya disfrutaba del taekwondo y boxeo, esto fue influencia de sus padres quienes practicaban voleibol (madre) y boxeo amateur (padre).
Pero su vida cambio poco después de los 7 años ya que gracias a una bala perdida que destrozo por la mitad la columna vertebral, lo postro a una silla de rueda, cambiándole la vida, dándole un giro de 360 grados, haciendo que él y su familia se cambiaran a Pachuca, para encontrar un mejor lugar para su rehabilitarse.
Durante la entrevista comento: todo era nuevo para mí, el cambio es enorme, a veces nosotros como personas no queremos ver lo que no necesitamos y cuando me doy cuenta de mi nueva realidad, me encontré con muchos obstáculos que no solamente eran unas simple escaleras con las que tenía que lidiar ahora, sino también con la mirada que me seguía de la sociedad y me decía que yo no podía seguir estudiando que yo no podía jugar como los otros niños y que yo no podía seguir con una vida normal como la de ellos.
A partir de esto fue ganando cada una de las batallas que la vida le fue dando, y su gran inspiración en ese momento era su madre quien jamás dejo que se cayera, sus amigos y todas las personas que han ido confiando en él y quienes ponen toda su Fe en lo que hace para ser mejor persona y sobre salir.
7 Años después del accidente y durante las rehabilitaciones las cuales tomaba en el centro Teletón sede Pachuca reencontró junto con sus amigos y compañeros la pasión por el deporte siendo uno de los pioneros en el estado en participar en la disciplina de atletismo en silla sobre ruedas representando al Estado de Hidalgo.
Gracias a que sus entrenamientos los realiza en el centro de alto rendimiento sede Pachuca y a su empeño, dedicación y sobre todo su pasión, gano la medalla de plata en la paralimpiada nacional de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas en el año 2005, en la prueba de 1500 mts. Esto siendo en su primera participación en una competencia la cual la obtuvo con una silla de ruedas prestada y que no era apta para la competencia ya que era específica para basquetbol.
Logrando no solo esa medalla, ya que es multimedallista paralímpico nacional e internacional.
Me atrapó la sensación del esfuerzo, mi respiración agitada y esa impresión de no sentir tu cuerpo en los últimos metros que sólo reaccionaba a la voluntad de querer llegar a la meta.
Siempre hubo alguien que lo ayudo, para un aparato ortopédico, para una silla de ruedas, para estudios médicos o simplemente de compañero de vida, es por eso que quiere regresar esa ayuda a todas las personas a las que pueda llegar.
Hoy más que nunca quiero regresar un poco de lo mucho que se me ha dado, siendo una inspiración para los jóvenes.
Dando conferencias en diferentes estados de la república mexicana algunos de ellos son: su natal estado de Hidalgo, Puebla y Estado de México, siendo su meta ayudar a mejorar la vida de cada uno de nosotros.
Hoy más que nunca necesitamos de esa energía y de esas nuevas ideas para mejorar nuestro entorno, sin importar la problemática que enfrentemos y asumiendo que nuestras diferencias son nuestra mayor riqueza dónde emergen las diferentes ideas y capacidades que poseemos todos como las mujeres y hombres.
Siempre inspirado en su madre quien es su ejemplo a seguir, ya que su determinación es disfrutar la vida la cual no depende de nadie más que de uno mismo.
La huella que quiere dejar: es la de alguien que disfruta de la vida, que a pesar de nuestros errores, podemos encontrar la oportunidad de crecer como personas y dejar un legado con nuestras acciones que impulsen a más personas a seguir cumpliendo sus sueños.
Quiero seguir enfrentando mis miedos para inspirar a que más personas se atrevan a hacerlo y que desde la trinchera que me encuentre en un futuro pueda sumar con acciones por el bien de todos.
