
Daniel Caesar, la joven promesa que te hará alcanzar el cielo con su R&B
Su nombre es Ashton Simmonds, pero quienes ya han caído rendidos bajo el influjo de su falsete celestial, que no son pocos, le conocen como Daniel Caesar. Nacido en 1995 en Oshawa, ciudad en la provincia canadiense de Ontario, se dio a conocer a mediados de la década, con apenas 18 años, mediante la publicación de varios EPs.
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Tales como «Birds of Paradise», «The Wilhelm Scream» y «Praise Break», EPs con los que empezaron a quedar claras sus influencias religiosas y su interés lírico por los amores no correspondidos y «Pilgrim’s Paradise» con el que el de Toronto acabó por definir su estilo a caballo entre el R&B atmosférico y el góspel al intercalar tanto elementos orgánicos como sutiles arreglos electrónicos.
Su debut en formato largo, Freudian, llegaría en 2017 bajo su propio sello, Golden Child Recordings, algo que sorprende en una figura tan prometedora. Pero lejos de entregar un lanzamiento discreto, Caesar no se estuvo por pequeñeces: voces femeninas de primerísimo nivel como Kali Uchis, H.E.R., Syd de The Internet y Charlotte Day Wilson aceptaron su invitación a colaborar en un trabajo que fue nominado al Polaris Prize y alcanzó buenas posiciones en los charts de R&B estadounidenses, canadienses y británicos. Incluso su mayor éxito en escuchas hasta la fecha, el delicado single «Best Part», se hizo con el Grammy a la mejor interpretación R&B de este año.
Pero más allá de sus colaboraciones, Freudian destacó por un apartado vocal inmaculado y una producción sublime que a veces parece rendir homenaje a Frank Ocean, así como por unas letras que parten del evangelio para desentrañar emociones que, sin lugar a dudas, trascienden lo sagrado.
Ha sido en verano de este 2019 cuando Daniel Caesar ha presentado su más arriesgada reválida, CASE OF STUDY 01, que en esta ocasión, en lugar de inspirarse en las teorías psicológicas freudianas para hablar de desamor y erotismo, utiliza metáforas más propias de la rama científica (su apertura «ENTROPY» por ejemplo, arranca sampleando la voz del físico J. Robert Oppenheimer) para indagar en temas como la espiritualidad, la vida y la propia mortalidad.
Al parecer, el álbum fue gestado después de que el canadiense padeciese una depresión; de ahí que contenga elementos ya no solo cristianos sino también extraídos del judaísmo, la cábala y la meditación, disciplinas que le ayudaron a superar el bache.
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Lo que todavía está por ver es cómo Simmonds se las apañará para plasmar esta nueva visión neo-soul encima de los escenarios, aunque sus conciertos del próximo mes de noviembre en Madrid y Barcelona serán, seguramente, una oportunidad irrepetible para descubrirlo y, casi seguro, alcanzar el cielo.