Silvia Navarro se quiere quedar con toda la herencia de su padre
Han pasado más de cuatro años desde la muerte de don Luis Navarro Tinajero, padre de Silvia Navarro, de 40, y nos enteramos de que continúan los pleitos por la herencia que dejó. Su última concubina, Elena Lemus, acudió a nosotros y nos reveló que la actriz y sus hermanos quieren despojarla de la casa en la que ella vivió durante 23 años con don Luis, además de que desde hace más de tres años no les han dado, a ella y a sus dos hijos, ni un peso del dinero que él les dejó.
-Doña Elena, ¿cómo ha sido estar sin don Luis?
«Muy difícil, ya que cinco de los ocho hijos de mi difunto esposo nos quieren quitar la herencia a mí y a mis dos hijos, Luis jr. e Ignacio, alegando que yo no fui la concubina de su padre, cuando a ellos les consta que estando él enfermo, mis hijos y yo fuimos los únicos que estuvimos cuidándolo; aunque su ex, la señora Loida, asegura que fue ella».
-¿Dónde argumenta eso la señora?
«En una demanda que me están interponiendo ella y los demás hijos, representados por uno de ellos, Luis Edgar Navarro, hijo mayor de Loida».
-Cuando el señor enfermó, ¿les avisó a todos sus hijos?
«Así es, Edgar llegó al hospital particular donde lo internamos primero. De hecho, cuando los doctores preguntaron por los familiares, Edgar dijo: ‘Yo soy su hijo; ella –refiriéndose a mí– es su esposa’, y ahora dice que ni fui la concubina de su papá, incluso cuando su hermana Silvia me conocía».
-¿Edgar fue el único que estuvo pendiente?
«No, cuando mi esposo cayó en coma, se le avisó a la familia y llegaron las hermanas de mi marido y todos sus hijos».
-¿Ya se conocían todos los hijos?
«Sí, aunque todos pensábamos que sólo existían siete hijos de tres diferentes mujeres, incluida yo, pero ahí conocimos a la octava hija, de nombre Mónica, quien resultó ser de otra relación que tuvo Luis en Xalapa, Veracruz».
-¿Todos sus hijos lo estuvieron visitando?
«En el hospital sí, aunque Silvia sólo fue como dos veces. Ya cuando lo tuve en la casa, en coma, sólo vinieron a verlo Dafne, Erick, Mónica y Edgar».
-Durante la enfermedad de don Luis, ¿quién estuvo al pendiente de sus negocios?
«Edgar y sus hermanos, siendo que antes no se metían en eso; de hecho, estuvieron distanciados durante cinco años de su padre, porque no les gustó que formara otra familia conmigo».
-¿Cuándo la demandaron a usted?
«Tras la muerte de Luis, los otros cinco hijos realizaron una sucesión intestamentaria y convencieron a Mónica para que estuviera de su parte, ya que mi esposo no dejó testamento, entonces yo interpuse la mía, junto a mis hijos, y ahí empezó la batalla, pues el juez me nombró heredera junto con los ocho hijos, pero esto no les pareció y dicen que yo no soy la última concubina, que sólo tuve una relación pasajera con su papá y que me estoy aprovechando de la situación».
-¿Ha intentado llegar a un acuerdo?
«Sí, de hecho, al principio yo hablé con Edgar y le pedí que me dejara la casa en la que viví con su papá durante 23 años, que aunque el juez me reconociera como una de la herederas, sólo me dieran la mitad de lo que me tocaba, pero que a mis hijos les dieran la parte que les corresponde como herederos; él dijo que sí, pero después cambió de parecer».
